miércoles, septiembre 12, 2007

Los biocombustibles no ahorran CO2

Hartmut Michel, premio Nobel de química de 1988 por sus estudios sobre la fotosíntesis, ha manifestado que los biocombustibles no son una buena opción para ahorrar emisiones de CO2, además de promover la deforestación. Según este científico al menos el 50% de las energía de los biocombustibles procede de fuentes fósiles, a través del gasto que hay que hacer en fertilizantes, transporte o en el propio proceso de producción. Esto es debido a los bajos rendimientos de la fotosíntesis, tan solo un 0,4% de la energía recibida del Sol por unidad de superficie y año puede ser transformada en energía disponible en forma de biocombustible. Por ejemplo, para producir energía eléctrica suficiente con combustibles fósiles para un país como Alemania habría que dedicar toda la superficie del país a cultivos energéticos y como no se dispone de tanta superficie disponible se recurre a otras zonas como las selvas tropicales. La deforestación de las selvas conlleva de por sí una grandísima liberación de dióxido de carbono. Además, en comparación, las células fotovoltáicas son entre 50 y 100 veces más eficientes.

Sin embargo el panorama para los biocombustibles no es igual en todos los países. Se pueden explotar de forma rentable algunos cultivos como la caña de azucar, que en Brasil crece de forma natural y no necesita aportes externos como fertilizantes. Allí se puede exprimir la caña y utilizar los restos vegetales para la producción de bioetanol. Sin embargo el trigo y la remolacha en Europa no son rentables para este fin. Tampoco la mejora biotecnológica de las plantas mejora el panorama debido precisamente a los bajos rendimientos de conversión (0,15 - 0,30%) que ya son superados por otras energías renovables como la solar, cuyos rendimientos oscilan entre el 15 y el 20%.

Fuente: El País (12/09). (ver también esta noticia anterior)

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